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jueves, 25 de noviembre de 2010

RIMA LXVIII
No sé lo que he soñado
en la noche pasada.
Triste, muy triste debió ser el sueño,
pues despierto la angustia me duraba.
Noté al incorporarme
húmeda la almohada,
y por primera vez sentí al notarlo,
de un amargo placer henchirse el alma.
Triste cosa es el sueño
que llanto nos arranca,
mas tengo en mi tristeza una alegría...
¡Sé que aún me quedan lágrimas!

Gustavo Adolfo Bécquer

Biografía

(Gustavo Adolfo Domínguez Bastida; Sevilla, 1836-Madrid, 1870) Poeta español. Hijo y hermano de pintores, quedó huérfano de padre a los cinco años y de madre a los diez, quedando al cuidado de su madrinaA la edad de diecisiete años dejó a su madrina y a la buena posición que ésta le proporcionaba para viajar a Madrid en busca de fortuna a través del campo de las letras que se le daba con facilidad.
En 1854 se trasladó a Madrid, con la intención de hacer carrera literaria. Sin embargo, el éxito no le sonrió.
Para poder vivir hubo de dedicarse al periodismo y hacer adaptaciones de obras de teatro extranjero, principalmente del francés.
En Sevilla en 1858, estuvo nueve meses en cama a causa de una enfermedad; probablemente se trataba de tuberculosis
Durante la convalecencia, publicó su primera leyenda, El caudillo de las manos rojas, y conoció a Julia Espín, musa de algunas de sus Rimas, aunque algunos sostienen que fue Elisa Guillén, con quien el poeta mantuvo relaciones hasta que ella lo abandonó en 1860, y que inspira sin duda las composiciones más amargas del poeta.
Casado en 1861 con Casta Esteban, hija de un médico, con la que tuvo tres hijos natural de Noviercas, pueblo de Soria, pasa largas estancias en este pueblo, así como largas temporadas en el monasterio de Veruela al otro lado del Moncayo. Allí escribió esa maravilla de explosión romántica que son las Cartas desde mi celda.
El matrimonio nunca fue feliz, y el poeta se refugió en su trabajo o en la compañía de su hermano Valeriano en las escapadas de éste a Toledo para pintar.
La influencia que ejerció Soria en Bécquer, queda patente en sus más hermosas leyendas, localizadas precisamente en estas tierras.
La corza blanca, en Beratón, pueblo soriano en las faldas del Moncayo. La promesa en la villa de Gómara.
Los Ojos Verdes, está ambientada en las inmediaciones de Almenar y tiene como protagonista a Fernando de Argensola, el primogénito de Almenar.
Situadas en Soria capital, El rayo de luna, en las ruinas del monasterio de los Templarios San Polo, y El monte de las ánimas en el monte de las Ánimas, situado frente al de Santa Ana, en una de las entradas más bellas a Soria
La etapa más fructífera de su carrera fue de 1861 a 1865, años en los que compuso la mayor parte de sus Leyendas, escribió crónicas periodísticas y redactó las Cartas literarias a una mujer, donde expone sus teorías sobre la poesía y el amor. Una temporada que pasó en el monasterio de Veruela en 1864 le inspiró Cartas desde mi celda, un conjunto de hermosas descripciones paisajísticas.
Económicamente las cosas mejoraron para el poeta a partir de 1866, en que obtuvo el empleo de censor oficial de novelas, lo cual le permitió dejar sus crónicas periodísticas y concentrarse en sus Leyendasy sus Rimas, publicadas en parte en El museo universal. Pero con la revolución de 1868, el poeta perdió su trabajo, y su esposa lo abandonó ese mismo año.
Se trasladó entonces a Toledo con su hermano Valeriano, y allí acabó de reconstruir el manuscrito de las Rimas, cuyo primer original había desaparecido cuando su casa fue saqueada durante la revolución septembrina. De nuevo en Madrid, fue nombrado director de la revista La Ilustración de Madrid, en la que también trabajó su hermano como dibujante.
El fallecimiento de éste, en septiembre de 1870, deprimió extraordinariamente al poeta, quien, presintiendo su propia muerte, entregó a su amigo Narciso Campillo sus originales para que se hiciese cargo de ellos tras su óbito, que ocurriría tres meses después del de Valeriano.